En casa nos gustan los "productos de casquería", aunque los comemos raras veces por culpa de nuestro colesterol, y cuando ví estas manitas de lechal, tan chiquitas, no lo dudé un momento.
Las he cocido con cebolleta, laurel, unos granos de pimienta y un chorrito de aceite.
Servidas con tomate frito, en ésta ocasión con puerro y cebolla.
Así eran, blanquitas y chiquitas.
No hay muchos "amantes" de la "casquería" o "despojos" y durante mucho tiempo se ha considerado "alimentos para pobres". Pero son piezas que se van "revalorizando" gracias a su utilización por grandes cocineros, como Abraham García.
Entre estas piezas de casquería se encuentran las carrilleras, tanto de ternera como de cerdo, que han pasado, de estar denostadas, a ser "bocado de cardenal".
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