
Me encantan los "cacharritos" de cocina y, además, soy una caprichosa. Cuando, hace quince días, pusieron a la venta la Donutera en LIDL, no me pude resistir y una acabó en mi cocina.
Pero hasta ayer no la había estrenado. El resultado... en la fotito.
He hecho la receta básica que trae el librito de instrucciones. Y dicen que con las cantidades de la receta salen unas 50 rosquillas...¡Ja! En la bandeja hay 55. Y además otra bandeja con dos docenas, más o menos, y otra más pequeña con unas 20.
La próxima vez hago sólo 1/3 de las cantidades.
No son donuts. Son unas rosquillitas parecidas a los gaufres y se comen sin sentir.
Menos mal que tengo con quien compartir. Aproveché la visita de los padres de Ángel, para mandar una bandejita a mis sobrinos mayores. Avisé a mis sobrinos pequeños, para que vinieran a por su bandejita cuando pasaran a recoger a mi hermana, que trabaja cerca de casa. Otras poquitas para los niños de una amiga y vecina. Y algunas para nuestro desayuno de hoy.
Como son pequeñitas y con el calor que ya vamos teniendo, se secan rápido y me da la sensación que deben endurecerse. Habrá que guardarlas en una lata de galletas para que no pierdan su textura y para tenerlas fuera del alcance de la mano. Bueno, de la mano y de la boca.
El jarroncito que se ve en la foto es un reciclaje hecho por mi. Una botellita de salsa para ensalada, craquelada con alkyl, pintada en acrílico azul claro y con una pátina de acrílico oro viejo. Para disimular la rosca de la boca, un cordón dorado. La flor, regalo de mi vecino Pepe, hecha con una media azul clarito.